11 octubre 2022

Flasback

II



Flashback


No hemos vuelto a hablar y nunca lo supiste. ¿Lo supiste? Ojalá que no, porque me aterra lo que puedas ver y ver que, realmente lo estoy haciendo todo mal. Escribir es entrar al lado oscuro del espejo de modo que el reflejo no parece nuestro y da miedo. Escribir y hablar tienen el mismo propósito pero son procesos distintos. No hablé y supongo que ahora escribo muchas cosas, o es lo que intento, compensar lo que tú querías saber y yo no dije. A veces quisiera no sentir nada, pero resulta que siempre siento más de lo que debería. Y cuando recuerdo las cosas, me doy cuenta de que no te lloré, ¿o te lloré demasiado? Supongo que no lo hice. J. hizo que me olvidara del vacío indiferente con sus cuidados repartidos a su conveniencia, acomodados a la mía. No te dije nada porque todo era bastante retorcido en este embudo de palabras y tú parecías entenderlo todo a tu modo, un modo que eran dos, o tres. Tiempo después soñé contigo, una especie de flashback que nunca existió, una resolución, un nuevo problema a otro que ya no había. Y no supe qué hacer, porque a veces no sé si veo el futuro o solo invoco las cosas con una fuerza que no controlo, que terminan por pasar. O era solo el destino o casualidad. ¿Por qué volviste? Es porque quizá te enteraste de lo mal que iban las cosas, de cómo van ahora. ¿Cómo? Realmente no volviste, solo te acercaste a ver cómo sangraba.


Para que una herida cierre completamente debes dejar de quitar la costra constantemente, dejar de apartar la sangre que la forma, evitar la comezón, la pulsión de ser el imbécil de siempre, arruinándolo y tropezando una y otra vez. Entonces te topas con tu reflejo y te das cuenta de que el flashback siempre fuimos nosotros y todos los demás sembrando espinas. De que el flashback sí existió pero de una forma distinta a como lo vimos, como lo sentimos, como lo vivimos. El flashback fue la constante de un animal comiéndose a otro, el desgarro, la ternura, el cazador siendo cazado. 


El frío es una tormenta de recuerdos que no se detienen, que se anida en los huesos. Por eso no me gusta el invierno. Por eso te marchaste antes de que llegara. Por eso el vaho de la mañana nos dijo que no. Por eso el dolor se parece tanto a tu risa o a tu mirada esperando mi sufrir. Por eso deje de escribir, por cada flashback que aparece para golpearme en la cara, en la espalda, en el corazón que quisiera ser ave pero solo se conforma con morir. El flashback de otro flashback que tampoco sana, que hace de pus las mariposas, que se aferra en enterrarme entre las letras de tu nombre. Un bucle de flashbacks errantes, de instantes que ya no recuerdo porque no estoy segura de que fuera yo; de cosas que ya no importan, de sueños que son tan tiernos que al despertar solo les queda ser pesadillas. Un flashback alimentándose de otro flashback para olvidarse de las ganas de volver.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Recuerdos...