17 octubre 2020

Jardines de Caicedo


Cuento en tu espalda mariposas

puntos bidireccionales

que se unen

a las moscas de mi boca

formando trazos resonantes e infinitos.

 

Busco en los bosques de tus manos

confines de hierbas con sus flores

crecientes y amarillas

arboladas de caricias

que no ruegan ni suspiran.

 

Estoy sumándome al refugio

que se crea en las telarañas de tus ojos;

donde mueren impregnados

todo el humo de ceniza

y todas las variantes rotas

rosas

como flores y sus hojas.

 

Sueño con los versos

dichos en la tumba que creaste

con la sombra de la luna

y los huesos de canciones que llevabas escondidos

en el negro marco de tus cejas.

 

Sólo a veces recuerdo

cómo era el brillo de tu pelo

lleno de alas y de viento.

No serás tú

el aliento que forma espirales en el centro de mi pecho

que es de espinas

sal y fuego

que es de huecos

y huracanes tan perfectos.

No serán

las primaveras del silencio

mecanismos de defensa o ilusiones

cuna de este otoño frío y maldiciones.


1 comentario:

Rafael Aguirre dijo...

Me gusta mucho tu blog, saludos.