Sabes de sobra que no sé de amor.
Se me olvidan los cumpleaños,
se me salen los sarcasmos,
evito despedidas,
acumulo cartas sin abrir que no llevan remitente.
No sé de amor y me cuesta trabajo olvidarte,
comprender que esta vida está llena de pausas
y que no son tus ganas de verme
las mismas que teníamos ayer
guardadas en el abismo del carmín de mis labios.
No sé de amor
y ahora recuerdo cada parte de ti como si fuera mía;
qué locura pensarte en oscuridades que arden a tres mil millas del verano en que nos conocimos
y coincidimos en la nada.
No sé de amor
y tú vienes y me rascas las heridas
vuelves llagas cicatrices
y me causas cosquilleo en el sinfín de torceduras que se ríen de mí,
porque no sé de amor,
de ti, porque lo sabes y quieres verme morir sin ti,
del amor, que no se sabe.
No sé de amor y tengo una clausura en este vértice de incertidumbres,
en el grito que funciona como erizo
como interruptor de la agonía
del tiempo en soledad
sin siquiera mirarnos.
No sé de amor.
No te amo.
No sé de amor.
No puedo vivir sin ti.
Cindy Yaremi, 2017.
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