20 febrero 2017

Nocturnal

Un invierno que nunca terminó de llegar,
tus manos fundieron el fin de un año bisiesto,
tus ojos se clavaron en las rimas con formas de sol
el edén al borde de los días que pasamos
como lloviendo entre brisa
en el cálido verano.

La noche vuelta un bucle nos mira dormir
suspirando en la mejilla de la luna
cansada de nombrar nuestras caricias
adheridas a la piel como cenizas,
jugándose las marcas del mar
la arena dibuja corazones con espuma.

Tinta buscando tus besos en el tintero del recuerdo obsceno
donde tus labios ya eran míos
y eran vacío
de un futuro incontinuo
que se rompe en el jadeo,
en el gruñido
en el desliz de un parpadeo
lleno de sombras.

Tú, haciendo sonrisa la orilla de mi risa,
afinando el ritmo de las piezas
numeradas en mi tórax,
desnudando los fractales
que revientan
en el vientre
en los ojos
en tu lengua.

Ponerte en los lunares caracoles
arrecife de dientes que a penas muerden,
renacer el carmín del mensaje que se oculta en los espejos,
respirar de tu cuello,
guardarme en el centro de tus huesos,
ser tu ombligo,
ser uno
la espina dorsal de un sueño.


Cindy Yaremi, 2017.

1 comentario:

Frecuencia 440 Hz dijo...

"Tinta buscando tus besos en el tintero del recuerdo obsceno".
Me hace pensar en recuerdos líquidos que después de plasmarlos en letras, la sensación de "la obscenidad" se convierte en placer.