06 febrero 2017

Trece

Con un par de nubes infinitas el cielo se extiende sobre esta superficie de complejidad arenosa. Son los lobos, son las trece lenguas purpúreas que me acosan en la mesa, son tus ojos, son las rimas, la sociedad incomprensible.

Soy yo, ese corazón agotado que se estira por las noches, como una sombra paralela al pensamiento. Y todos los juegos, absurdos, aburridos, infartados de complicidad.

El verano triste de tus labios, el sonido intoxicante de tus manos. Es ruin no habernos encontrado.

Ahora me escapo, imaginando que dejo en mis pasos ceniza ardiente, un flamante rastro de hilaridad.

Yo ya había olvidado, este parecer extraño, tan ajeno, pero tus letras, métrica de siluetas inconexas, mecanismos de articulaciones sin defensas; me hacen pensar en la fluidez y la arritmia de los suspiros que involucran este invierno.

Todo más allá de sueños, lagunas de versos, sinfónica de absurdidad. Extrañando tu mirada luminosa, tu sonrisa entrecortada.

Cindy Yaremi, 2017.

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