05 diciembre 2016

Poema XXVII Plan para una noche

Mi cuerpo descansa
pensándote,
en el ancho de una cama semivacía.
El frío me abraza
y yo
ansío el calor de tus brazos,
el olor que lleva tu cuello.

La noche en un silencio
que se rompe
con los brotes de música,
la que uso para escribirte;
con el canto de unas aves
que a esta hora
yo no sé qué harán volando.

Voy a ir a buscarte
con café
para olvidarnos del sueño,
para vivir un par de sueños;
para ver si calculas
cuántas pecas tengo,
para diluirlas
en seis litros de versos,
o convertirlas en besos.

Puedo ir a leerte,
a mirarte temblar,
a escuchar los cuentos
que viven en tu pecho,
o a leernos braille,
o a inventarnos un baile.

Quiero ir
a robarte la sonrisa
hasta las seis con treinta
de la pseudomadrugada.
Ahogarme en tus ojos un rato,
dejarme matar
por este interminable suspirar.

Podríamos caminar por la ciudad,
intentando anular el tiempo,
intentando escondernos del amanecer,
intentando huir de despedidas
que nos dejen como locos,
pensándonos.


Cindy Yaremi, 2016.

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