Tus ojos callados, ausentes,
los sueños que no tengo,
el invierno haciéndose presente,
el murmullo, la nube cayendo.
Te busco en el aroma que guarda el café,
en una canción sin letra,
detrás de la cortina.
Llevo siente días esperándote,
ignorando mi juicio que nace de tu boca,
ardiendo como hierba en el incendio.
Extraño lo que ya no es cierto
y lo que ya
no llega primero,
aquel rayo de sol atravesando el ventanal.
La caricia buscando la piel,
el desorden;
un agosto creciente
y van más de veinte.
Tus ojos callados, ausentes,
los sueños que ya no tengo.
Cindy Yaremi, 2016.
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