Te fugas al centro
de nuestra astronomía
que se llena de alas y de soles.
Miro tus ojos
que son como cometas ardientes,
y me acaricias
un poco y lento,
como deteniendo el tiempo.
Se entrelazan nuestros cuerpos,
cunetas de almas desbordantes;
sonríes
y la rima de tu boca
converge en el soneto
que revienta entre mis labios.
Y tu nombre
dejando ecos en mis huesos,
y tu beso
dejando rastros
de algo que parecen astros,
de tu aliento,
de aquel sueño
y de aquella luna ámbar.
Cindy Yaremi, 2016.
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