No es que me muera,
es sólo que esta soledad me marchita.
No es que no sepa estar sola,
es el estar con alguien
experimentando un constante vacío.
No es, simplemente no es, que no te quiera,
es el sentir que no me quieres
como yo quisiera.
No es que no resista,
es todo lo que me ha mantenido en resistencia:
el calor de una noche de verano,
siendo un viento imperceptible.
No es que me muera, insisto,
es que me dejes marchitar a pleno sol;
no es que no me quieras
es que se te olvide qué es querer.
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