Nos llenamos de rosas el cuerpo,
porque para ti, la primavera suele ser un buen recuerdo.
Y yo te quiero, aunque me tiemble la voz cuando te veo.
Te quiero, con esas mil formas que tenemos para
nombrarnos
y que siguen haciendo que vibren mis huesos.
Nos llenamos de risas la boca,
con puñados de bromas, los sarcasmos que ya sabes bien
y las comedias que en un día no terminan.
Y yo sonrío, de mirarte al mirarme,
con una luz que me incendia todas las ganas
de quedarme a tu lado una vida.
Nos llenamos de letras las manos,
escribiendo caricias que nos cubran de versos la piel,
con los lunares
que dan cuentas nuevas
y los besos con métrica formando las rimas.
Y yo que suspiro, esperando encontrar en tu alma
algo que me adhiera de forma inmediata a todos tus
sueños;
algo que me de razones suficientes, de que sigo despierto.
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