Una batalla me arrebata el más fino silencio existente antes
del amanecer; no me lo creo de sus guerras, ni de su placer, me lo creo más de
su versura, de su instantáneo gemir.
Es muy poco práctico andarse amando a rigurosas distancias,
es muy poco romántico no hacerlo y evadirlo. Es más que estúpido pensar en
cualquier cantidad de amor si no te tengo a menos de cinco centímetros de
distancia.
Es una locura y lo reitero con la confusa asfixia que me da
cuando te cojo. Es ineludible andar por ahí, jugando a que sólo un par de
orgasmos nos hemos querido.
Es una actitud irrevocable que se tuerce cuando duermes,
jamás niegues que me quieres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario