Este mes glaciar se está llevando toda la gracia del poder
quererte, se estremece con su franca forma en espiral y se tuerce hasta desvanecerse
en la parte más oscura que llevo en la mirada. Así de atroz, mi amor.
Se lo está llevando todo y ya me ha entrado un calentón,
pero no estas. Y se me ocurre, quizás, que este eterno invierno tal vez se
quiera enrollar, y comentarle que será una suerte volverle a amar. Quién sabe,
pues los viejos ya no viven, menos mueren, de ilusión.
A qué tendré que jugar ahora que no quede nada y que la
tinta haya decidido secar; o será que me oscurezca y así tal vez, tú te
endurezcas, entonces llegaría mi parte favorita del invierno, sí, esa parte que
me entierras lento.
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