No me he sentido bien, ya sabes. Sigo con el mismo insomnio,
la misma pálida desesperación. Sin términos de negociación me sumerjo en una
avidez que me adormece. No lo consigo.
No me he sentido bien, lo puedes ver, como doy giros en la
cama y gimo, sin conciliar el sueño, como devuelvo el desayuno y me quedo todo
el día sin salir.
Me he olvidado de vivir y poco a poco voy olvidando cómo
debo respirar. Sinceramente hay días en que me olvido de mí, como casi todos,
como hoy.
Estoy descalza en la acera de una calle desconocida y estoy
sonriendo de estar perdida. Dime si me ves.
No me he sentido bien, ahora bien, sabes que no me sienta
nada bien ese sentimiento amargo lleno de endorfinas, y me mata en lo
creativo-alucinante, me asfixia con fuerzas superiores, casi como habría pasado
hoy.
No hay un sentido ni un bien creado, sólo el sudor que se
escapa entre mis manos. Te necesito de una forma más agresiva de las que nos
han precedido. Te necesito a tientas en estas situaciones roídas.
No me siento bien, más bien demente, y esta enfermedad
agotante, no lo sabes, ya me excita. Me excita al borde de un suicidio o de tu
muerte. No me he sentido bien, dime si vienes.
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