25 septiembre 2025

 Hay una ausencia en mi pecho

el ruido de mil voces en mi cabeza 

que no me deja dormir

Una gotera en casa

que está a punto de venirse abajo

esa falla en el cimiento 

que se repite constantemente 

"ya no puedo"

Ya no puedo con tanto

cada día teniendo menos

Menos familia, menos recursos

menos amigos, menos fe


***


Yo sé que no soy este dolor

pero últimamente es lo único que siento

y tampoco hay nadie

demostrándome que no

No soy un dolor que llora

y necesita poner límites 

no soy yo

perdiéndolo todo

para no volver a ganar más 

No soy yo en la desesperanza

en la ruina

en el duelo perpetuo 

en la herida abierta 

No soy yo este desconsuelo

el grito con la boca cerrada

no el lamento de otra vez

no tener nada

No soy el jardín que tú sembraste

y del que hoy

no queda nada

porque no estás y no me cuidas


***


Tantas realidades cayéndome en los ojos

tanto que no puedo respirar

tanto que no me dirás nada

tanto que todo se revuelve

se retuerce 

se queda/me vuelve

Nada

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los días pasan desde aquel instante de vértigo, cuando mas no supe, cuando no supe que o ¿Por qué?
La incredulidad abrió paso al dolor, a momentos de contradictoria euforia, como quien pierde el juicio, fuera mi, convencido de ser un mal sueño del que se está a punto de despertar.
En ese vaivén y agitación aparece entre siluetas de extraños tu espalda, entre las banquetas de la ciudad tu sombra, entre la hierba del parque tus huellas, entre el espacio vacío el frío que se instala en los huesos cuando la belleza de las pequeñas cosas invoca tu ausencia.
Las píldoras ayudan, pero solo tu voz cura, solo tu presencia calma, solo tu ser ama.
Las palabras se han ido, las ganas colisionan entre el cristal de una pantalla y la nada, reverberan pero no hacen eco.
El escozor disminuye a medida que es remplazado por el desgarro del tiempo, por la aquiescencia de la realidad, la mirada calma que hice mía, el tacto delicado que me regalaste, la felicidad de haber caminado lado a lado, de haber coincidido.
No se de que va este dolor, no sé si puedo arreglarlo, no sé sé si fuí abrazo o fuí tormento, no se si seré algo o me convertiré en nada, pero aún desde la nada me queda todo lo que me diste y lo que seré, porque vives en casa gesto amable, en cada flor, en cada suspiro, en cada color.
Desde este Yo que ahora soy, te espera eso que has olvidado, toda la belleza del mundo que me enseñaste a ver.