22 abril 2020

Génesis

En un principio, cuando la Nada era nada
buscando dejar de doler su soledad
colgó los cables
cargó el revolver
preparó el veneno
afiló navajas
y saltó desde lo más alto de su propia Nada.

Cuando la Nada murió
chocando y creando explosiones
creó sin querer un Todo.
Todo creó los astros, 
creó a la blanca Luna con su líquida Tierra.

Pasaron los días
y la Tierra creó los árboles 
con sus flores
y la flor creó sus frutos;
creó criaturas que nadaban en sus aguas.

El sexto día llovía y hacía viento
la Tierra tuvo miedo
y confundiendo las cenizas de la Nada
con las nubes de agua fértil,
creó al Hombre 
cuando la noche ya empezaba a aparecer.

El séptimo día, 
el Hombre sintió una punzada en el pecho
escuchó el crepitar de sus entrañas
y en un arranque entre gritos y el terror,
el Hombre creó a Dios a su imagen y semejanza
y vio que era bueno
así que también creó lo malo.

Pero la Nada seguía carcomiendo y rasgando por dentro
y el Hombre sintió sufrir y creó un imperio
a base de sangre y muerte
de cadáveres, excusas, sinsentidos y mentiras.

Inventó la ciencia, inventó la magia, la tecnología
pero muy dentro de él, aún dolía.
Inventó el arte y la filosofía,
la meditación y las doctrinas.

Nada le sirve al Hombre
porque la Nada es lo que le hace
no encontrar su reflejo en los cristales.

La Nada está feliz porque encontró al Hombre
porque ya nunca más volverá a estar sola
porque en el fondo del Hombre
existe un Todo.

Pero el Hombre está allá afuera
perdido
coleccionando vacíos
incendiando la muerte
vendiendo, comprando, robando
recreando sus vicios
sus cuerpos
sus miedos
a su imagen y semejanza.
Fingiendo la risa,
pisoteando las flores
imitando el amor 
que le vendieron por televisión.

La Nada acaricia sus párpados,
el Hombre siente hambre
confunde los insomnios
con abismos.
La Nada le susurra en el oído
pero el Hombre siente rabia
y apaga su voz
encendiendo la radio
y poniendo música que no dice nada.

El octavo día, ya nunca nadie descansó.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente trabajo! Crudo y bello