08 septiembre 2019

Donde las hojas secan

Nunca he estado ahí
donde las hojas secan
pero reconozco el camino
que han trazado tus ojos
para guardarme contigo.
Los sueños que me cuentas
vienen unidos a velas de viento
que me elevan
que me vuelven libre
que se vuelven mi lengua.
Entendí tu/mi cuerpo
como una extensión instantánea
de mi /también tu/ cuerpo
cuando aprendí tus costillas
tu cara, tus piernas
tu espalda
cuando descubrimos
los lunares que se alinean
al juntar nuestras manos
cuando aquel beso en explosiones
nos integró como única piel.
Y morí bajo tu sombra
que expande universos
y me crece
renací en el esqueleto del sol de Enero
que decora canciones
y me aprehende
de la Luna de Julio
que llora sus huesos
y se asusta con el ruido de los truenos
de las nubes de Agosto
que se amontonan como osos
para mirarnos fundirnos
como piedras de río
y como seronda cobriza
dorarnos como estrellas en el firmamento.
Nunca he estado ahí
donde las hojas secan
pero reconozco las luces y el sonido de tu voz
como guía específica
en este recorrido de venas
para llegar al hogar que me llena
y se llama tus brazos.

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