A mí también me duelen un carajo
todas estas horas que paso
pasando de ti.
Me duele un carajo tu ausencia
y esa mirada que atrae cada miedo,
cada demonio
que me atrevo a sentir.
Me duele un carajo que te hubieras marchado,
y me duele más el silencio que ahora
nos habita, nos muerde, nos muere.
Cindy Yaremi, 2016.
No hay comentarios:
Publicar un comentario