Autodescripción

Tengo la piel llena de pecas, de lunares, ¡de mariposas!
En mi sangre nadan miles de pececillos de colores,
y cada vez que suspiro nacen flores en mi cuello.
Mis ojos cafés se vuelven un cielo cubierto de estrellas,
y sobre mis labios tengo besos que saben a miel,
y ni hablar de esos versos que te lamerán la piel.

Tengo las manos artistas repletas de secretos,
de caricias lentas, suaves como el vuelo de las aves.
Y aquel colibrí que revolotea con mi voz,
mientras que en mi pecho baila una libélula purpúrea.

Tengo los pies descalzos, para pisar las nubes y el pasto.
En mi vientre habita un mar de oleajes cálidos.
En mis sonrisas se esconden un par de fantasmas,
y en mi alma existen un par de musas que bailan
con la música que se agita en mis pensamientos.

Tengo en mis huesos un sitio para tus cuentos
y en las pestañas el color dorado para tus mañanas.
Tengo en el corazón más historias que yagas,
y con cada palpitar irradia cierta magia que te hará vibrar.