07 enero 2016

Poema de Jueves

Tu boca
como una pequeña rosa amarilla
desnudándose ante los rayos del sol,
cubierta de un fino rocío que me nutre;
pálida y de aliento dulce.

Te veo
despertar con los sueños recubriéndote los ojos,
anunciando que has descansado entre mis brazos,
que me quieres, de repente, incluso
un poquito más que ayer.

Tus pecas
pequeñas constelaciones de cafeína,
adornando tu piel de porcelana,
formando laberintos que recorreré con las yemas de mis dedos,
en los que se perderán mis besos tan hambrientos de tu alma.

Te quiero
entre todas mis caricias y mis cuentos,
con toda la energía de mi cuerpo,
con toda mi locura, la agonía, mi tristeza, la alegría;
con mis ganas de encontrarte entre la gente, de abrazarte, de quererte.

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