01 julio 2014

Rutina. Parte IV


Y  si así
te busco con la oscuridad.
El cielo se absorbe lento
dentro de un manto de luz dorada
que se funde en los cráteres de la luna.
La ciudad se apaga.
Doloroso el amor que calla.
Todo el resplandor emerge
desde el centro de tu cuerpo.
Te encuentro.

Mil maneras de decir las cosas
encriptadas en una sola caricia.
Y aquel silencio tan sordo
lanza un grito que galopa en la poesía.
Se despelleja la mañana
y resucita el tiempo
alrededor de las horas acusadas
de tener esa mirada enamorada.

Todo es tan electrizante,
escucho hablar al viento
y sonríen las sombras lento.
Es una forma amable
de encontrar que todo
yace en un diferente lugar
y los fantasmas ya no sienten miedo.

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